Recuerdos del Camino de Santiago






Hey !! esos tíos chapuceros... ¿qué marcha me lleváis?

Hace poco hice estos imanes y los tenía guaradaicos, con la intención de subirlos algún día de estos. Las flores las cogí haciendo el Camino de Santigo, las que veia que me gustaban las iba guardando en una libreteja que llevaba para que se secaran, en un principio los iba a vender, pero me dan mucha pena ya que me traen muy buenos recuerdos...

Para quién no lo sepa lo hice con mi tia Feli y mi prima María, hicimos el camino del norte, la verdad que fue una experiencia inolvidable, la que me encantaría repetir... ¿cuándo? no lo sé... pero algún día.

Esta experiencia sacó lo mejor y lo peor de mi.

Esta experiencia hizo conocerme algo más y hubo días que no me caí muy bien, a su vez también conocí a la gente con la que iba, a gente que conocí allí y bueno, en esas situaciones a veces la gente te decepciona, otras te sorprende, pero esta experiencia me ha dejado con demasiado buen sabor de boca.

Esta experiencia me ha ayudado a aprender a escuchar a la gente, a la naturaleza, a nadie o a nada.

Esta experiencia me recordó a gente que me hubiera gustado que vinieran, colegas, mis hermanos, a mi chico... en fin a tanta gente.

Esta experiencia también me hizo penar, días en los que no veia el fin, en los que sudaba más que un gorrino, en los que la mochila al principio del día empezaba pesando 9 kilos y al final de la etapa pesaba 20 kilos, días en lo que todo salía mal... un río inesperado, una etapa alargada porque pensabas que los 7 kms que te quedaban, total no eran na, hombres que te animaban diciendo que si lo curas y las monjas no hacen el camino por que lo haces tú, días en los que te caes, te pica una abeja y encima te baja la regla....

Esta experiencia me hizo reir como hacía tiempo que no lo hacía, personajes curiosos, un tal merlín, los chicotes del viña rock, el suegro y la nuera, la gacela de la selva africana, cuando alguien propone después de 30 kms andando, vamos a dar una clase de yoga en vez de tomarte las correspondientes jarracas.... Un polideportivo donde se puede dormir (supuestamente) donde para ducharte sólo caía un hilo de agua en el que podías tener suerte y salirte caliente o no, donde te alegrabas la vista cada dos por tres y había días en los que hasta nos sonreian... La verdad que buen humor no nos faltaba.

Esta experiencia me dio la oportunidad de conocer las costumbres de las tierras del norte en las que algunas no me gustaban y otras me encantaba. Olé esas comidas a hartar que nos ponían para comer, esos platos con colmo... y olé también esa pachorra para madrugar y abrir el bar o para servir un maldito café.

Esta experiencia me hizo sacar partido de cada cosa que llevaba en la mochila, bien para mé o para los demás, de las que tú piensas "las llevo pero seguro que no sirven para nada..."

Muchas gracias a la gentecilla del camino por dejarme participar en su experiencia y por participar en la mía. Gracias también a mi compis de viaje que bien aguantaron mis días, mis canciones y mi presencia.... que conste que yo también lo tuve que hacer con ellas...

..........Os ánimo a hacer el camino.........

2 comentarios:

  1. Me encantan tus chapas, tronca. Destilan sensibilidad y buen gusto.

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  2. Qué bonita la experiencia, verdad Ana ?? aunque también algo dura en ciertos momentos. Pero no por eso, menos recomendable.

    Estas si son chapas con encanto, como las calificaciones de las casas rurales...

    Sigue así... creando y disfrutando...

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